El equipo de Chet Moritz de la Universidad de Washington ha conseguido, usando como interfase una máquina, conectar neuronas de la corteza motora y músculos del brazo, estableciendo una ruta alternativa a la espina dorsal y consiguiendo mover músculos del brazo de monos. Es un paso más en el avance vertiginoso de las interfases en neurorrehabilitación, campo cada vez más fascinante. Puedes leer el nexo de
Nature aquí. Aquí puedes leer también un artículo del
Diario El Mundo que describe el experimento.
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